Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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jueves, 29 de abril de 2010

Creencias: Hay que revisarlas

Primera creencia: Mi hijo es un descuidado

Por lo tanto cuando rompió la tabla del inodoro, se lo atribuí a su actitud.

Compré el repuesto siguiendo las instrucciones del vendedor, al que conozco hace algunos años y él mismo envió a un plomero a colocarla. Al terminar de hacerlo, a mí me pareció que no era el modelo apropiado y que quedaba floja, cuando se lo comenté, me dijo que ese era el juego que necesitaba para funcionar bien.

Segunda creencia: Los expertos saben.

Cuando al poco tiempo se volvió a romper, ya un poco más alterada con mi hijo, me molesté también con el vendedor y su empleado, de manera que esta vez, me ocupé yo -luego de hacer mediciones y dibujos- de comprar la tabla adecuada. Pero justo fue en el mes que parece que los plomeros toman vacaciones, de manera que el día que vino el cerrajero -desde ya por otro tema- relaciono al verlo que su amigo, quien había sido nuestro plomero de siempre, había muerto hacía unos meses repentinamente. Al comentar esto tristemente y tal vez en su memoria, me ofrece colocar la famosa tabla en ese momento. Luego de intentarlo varias veces, me dice: “No me va a creer, pero necesita conseguir una persona con mano chica”.

La verdad que era para no creerle; en un instante me imaginé lo bizarro de conseguir, ya no sólo un plomero, sino con mano chica, y sumado a que uno de mis lemas es “hacerla corta”, tímidamente le dije: “Yo tengo mano chica, ¿le parece que podré? Desde ya, podemos probar”.

No sé cómo, pero lo cierto es que a los pocos segundos yo estaba acostada a la izquierda del inodoro intentándolo, vestida “Divina” con bermudas de lino y camisa de seda, mientras el cerrajero, sentado sobre el bidet del otro lado, daba las instrucciones.

¡No sólo no podía hacerlo porque ni mi mano casi cabía, sino que quería terminar con esa imagen de Almodóvar y esa situación por demás grotesca!

Pero faltaba algo, en un movimiento inesperado de Pedro, se le abre el bidet y lo empapa, desde las partes pudientes hacia arriba; se pone de pie y mirándose preocupado me dice que ahora no se va a poder ir porque la gente va a decir que se hizo pis.

Yo no sabía si reír o llorar.

Tercera creencia: Hay que vivir de manera que los demás no digan…

Todo era tan delirante que aún tirada en el piso, pero vestida con brillos, no dejé de ser la experta en limitaciones del paso del tiempo, y le digo, tratando de no ser muy dura: ¡No se preocupe que le falta poco para hacerse encima, de verdad!

El cuento termina cuando por suerte pasa mi hermano por casa, famoso por saber resolver todos los problemas de mantenimiento y después de dedicarle una hora al tema y resolverlo, sintetiza: “La próxima vez cambiá el inodoro, se ve que no fue hecho para cambios de tablas”.

Moraleja: Si no revemos nuestras creencias, es posible que tengamos problemas de relación con mucha gente.

[Fotos]
tunico.com.mx
jamminjohns.com

viernes, 23 de abril de 2010

¿Depresión o sentirse a gusto?

Ambas son dos interpretaciones de un mismo hecho; un porcentaje importante de personas de más de ochenta se sienten muy cómodas en su casa, sin salir, pero otro número importante de ellas entiende que eso se le parece a la depresión o, por lo menos, les influye negativamente, porque entienden que es muy importante mantenerse siempre arreglado y teniendo alguna actividad por pequeña que sea, fuera del entorno doméstico.

Aquí un testimonio, y Ud. elige.

Si le interesó este ciclo de videos, haciendo click aquí podrá encontrar todas las entrevistas en una misma página.

martes, 20 de abril de 2010

Espiritualidad y significado

Todo momento de la vida es bueno para la búsqueda espiritual, especialmente en el momento histórico del planeta en que vivimos.

Pero con las décadas agregadas a nuestra vida por los avances científicos, se hace “Imprescindible”. En esta entrevista tenemos un testimonio concreto de su beneficio.

Haciendo click aquí podrá encontrar todas las entrevistas de este ciclo de videos en una misma página.

domingo, 18 de abril de 2010

Noble, un argentino visionario, por Guadalupe Noble

Acaba de llegar a las librerías este libro que editó Sudamericana, escrito por la hija a modo de homenaje a un argentino ilustre, su padre, recopilando toda la vida política que fue intensísima, y que muchos ignoramos por habernos quedado con la imagen pegada a la fundación del Diario Clarín, que fue como su otro hijo.

Lo que más me importa destacar aquí, es que “Lupita” tenía diez años cuando murió su padre, sin embargo a lo largo de las páginas vamos viendo, cómo nunca dejó de ser su faro, su compañía, su guía en la actualidad cuarenta años después.

…Entre el reproche a la vida por lo que me quitó, y el reconocimiento por lo que me ha dado, hoy, después de haber atravesado todas las estaciones de la ausencia, puedo y debo inclinarme por ser agradecida…

Es tan aleccionador, ver cómo la muerte de un ser tan querido a temprana edad puede no ser ni siquiera traumático, sino un hecho trágico de la vida, que su hija pudo y supo remontar.

En la misma línea de la muerte física temprana de un padre, que sigue casi con la misma presencia dentro de su hijo después de muchos años, recomiendo leer:

Sábado, 27 de Febrero de 2010

El día que viví más que mi padre

"Mi padre, Carlos Manuel Varsavsky, falleció el primero de marzo de 1983 cuando solo tenía 49 años. Murió en un avión, volando de Nueva York a Buenos Aires. Fue una tragedia. Mi hermana Paula, relata parte de lo terrible que fue ir a buscarlo a Ezeiza, el aeropuerto internacional de Buenos Aires y que le digan que había fallecido. Lo cuenta en su libro “Nadie Alzaba la Voz” que recomiendo leer. Su cadáver fue transportado de vuelta a Estados Unidos y lo enterramos en el cementerio de Cedar Lawn en una ceremonia judía en East Hampton, en el estado de Nueva York. Fue el momento más triste de mi vida. Tenía 22 años.
La muerte temprana de mi padre me dejó bastante marcado. Todos queremos a nuestros padres, cada uno a su manera. La mía era de gran admiración por ese señor “Google antes que Google” que todo lo sabía. Doctorado en astrofísica en la universidad de Harvard pero también apasionado de la historia y la industria. Mi padre era para mí una gran fuente de amor y educación. Era mi Sarmiento (gran educador argentino).
Pero aunque en 1983 ya se sabía algo de lo malo que era el colesterol para el corazón lo que mi padre no tenía claro que su sobrepeso, su mala dieta, su estilo de vida sedentario y de mucho estrés iban a resultar en la tormenta perfecta. Y así fue.
Desde la muerte de mi padre que yo me propuse dos cosas: una era recordar todo lo que había aprendido de él, y eso lo he conseguido y logrado transmitir a mis hijos, pero la segunda y también muy importante es vivir una vida sana.
Fue así que desde 1983 cambié mi dieta argentina (en Argentina las enfermedades cardiovasculares son tristemente muy comunes) y controlé las grasas animales pasándome a la dieta mediterránea/asiática, sin manteca (mantequilla), crema (nata), quesos, huevos, de bajo colesterol. Mis comidas alternan entre la comida española pero sin huevos ni frituras, la italiana del sur y la asiática en general. Salvo en el norte de Europa no tengo problemas en encontrar comida buena para mí. En Francia a veces la paso mal porque con el tiempo perdí la capacidad de digerir los quesos franceses, huevos, comida con mucha mantequilla y en especial comida cocinada con nata. No soy talibán del tema, me puedo comer un postre, un asado alguna vez, pero en general como muy bien y sano.
También me hice chequeos médicos cada dos años desde los 30 que me siguen dando muy bien. El doctor Ben Lewis del Columbia Presbiterian me dice que debo tener los genes de mi madre pero aunque los análisis den muy bien que me cuide. Desde que vine a España me entusiasmé con el ciclismo que además de apasionarme me ayuda a estar en forma. Me recorrí mucho de este país en bicicleta. También en Argentina crucé los Andes dos veces en bici y me fui de Tucumán a Salta.
No fumo y evito los sitios con humo, algo muy fácil afuera de España pero que lamentablemente aún es muy común aquí y lo sufro. Espero que de una vez por todas pasen la ley para que proteja la salud de los que no fumamos. El tema del tabaco es difícil porque a mí no me importa que otros coman muchos grasas pero si me afecta que fumen pura y exclusivamente por el humo que me llega a mí. Por lo demás por mí que cada uno haga lo que quiera. Tampoco estoy contra las drogas salvo si estas hacen que el drogadicto pueda poner en peligro a los demás. Solo bebo vino. No me gustan las otras bebidas alcohólicas.
Ahora ¿por qué cuento todo esto hoy? Porque hoy, o exactamente anoche, fue la noche que sobreviví a mi padre. De ahora en más mi vida es más larga que la de él. No fue a propósito pero anoche yo también pasé la noche en un avión volando de Miami a Madrid. Pero dormí bien, de la mano de mi esposa Nina. Con Nina siempre duermo bien. Además en Madrid me esperaban mis hijos, Isa y Tom, que sabían que hoy era un día especial para mí.
Reconozco estar un poco sentimental. En familia vimos Invictus, la película sobre la vida de Mandela y se me cayeron unas lágrimas en algunos momentos claves de la película. Me pareció emocionante como Mandela logró superar el odio por sus enemigos y los transformó en compatriotas. También me dio pena que él podía ser todo menos padre. Que su relación con su propia familia quedó truncada. Sus hijos resultaron ser los 43 millones de sudafricanos.
¿Cuál es mi plan? Seguir viviendo mi vida tal como la vivo ahora. Disfrutando de mis 4 hijos divinos, de mi hermosa relación con Nina, de mi trabajo, de mis amigos, de mi capacidad de crear empresas y venderlas y tomarme sabáticos cada 5 años (ya me tomé cuatro).
Pero habiendo dicho esto recuerdo nítidamente el último día de la vida de mi padre porque lo pasamos juntos. Ese 28 de febrero de 1983 en el que mi padre me ayudó a completar la solicitud para entrar a hacer un doctorado en epistemología en la Universidad de Oxford. Nunca se enteró que me aceptaron. Nunca se enteró que no tenía dinero para ir y me pasé a un MBA en Columbia. Nunca se enteró de que aunque me hice empresario también me hice profesor ocasional en el Instituto de Empresa como homenaje a él. No se enteró de cómo fue el resto de mi vida. Pero como decía mi abuela Ora Waisman, “solo mueren los que son olvidados”. Y en ese sentido, Carlos Manuel Varsavsky está conmigo todos los días.

Martin Varsavsky

Sigue a Martin Varsavsky en Twitter: twitter.com/martinvars

viernes, 16 de abril de 2010

Solidaridad entre generaciones

El boletín InfoElder informa hoy acerca de Abril, mes de la solidaridad entre generaciones e invita a participar para estimularla.

Nos hemos confundido de tal manera en este querido Occidente, que necesitamos de campañas para promover el encuentro entre nosotros “los seres humanos en sus distintos envases”.

Los viejos queremos “Ser jóvenes, no sólo parecerlo” y a las niñas les ponemos tacos altos a los 4 años (acabo de ver en Internet un desfile de modas para niñas). Los padres queremos ser hijos de nuestros hijos o por lo menos amigos, y los niños viendo tanta irresponsabilidad se sienten señorcitos para mantener alguna seguridad.

Por lo tanto mi sugerencia es que reflexionemos acerca del momento de la vida que estamos viviendo, nuestros niños nos necesitan maduros, para que su frescura brille y nuestros padres nos requieren amorosos para ayudarles con las limitaciones que les van apareciendo; ellos tienen la mayor experiencia por el paso del tiempo y es su tarea valorizarla y compartirla con todos nosotros.

Hago votos para que este mes de Abril nos ayude a recordar quiénes somos y así la solidaridad será una forma de vida.

domingo, 11 de abril de 2010

Historias de la vejez

Encontrarse con alguien que fue testigo de nuestra historia y empezar a recordar es algo que me complace plenamente.

Esta mujer que nació en Italia, y su familia emigró por la miseria y la devastación de la primera guerra, termina afectada cuando en la segunda guerra, ya en Argentina, echan del empleo a su marido cuando Italia declara la guerra, porque trabajaba en una empresa inglesa.

A diferencia de algunas personas que encuentran alivio en medicaciones para la depresión, ella con mucha lucidez, aclara a los que quieran oírla, que estar triste no es estar deprimida, a raíz de la muerte de un hijo a los 64 años, hace poco tiempo.

Ya no puede salir porque después de un infarto quedó con mucha inseguridad, pero lo acepta con tranquilidad y la verdad es que vive plácida y tranquila, esperando que Dios se acuerde de ella.



Séptima entrevista del ciclo de videos que espero le guste. Haciendo click aquí podrá encontrarlas todas juntas en una misma página.

Envejecimiento cantado

Las maravillas de vivir en una ciudad pequeña dan, entre otras sorpresas, ver aparecer mientras estaba dando una conferencia a un matrimonio que fueron mis profesores de Educación Física, nada menos que cuarenta y cinco años antes.

Claro, los temas cambiaron, yo estaba hablando de envejecer con alegría y cuando nos saludamos él me dice: “Cuando la docencia de Educación Física me dejó, pasé al golf, y desde que el golf me dejó, me he lanzado a cantar; siempre fue mi anhelo y lo logré después de los 80”.

Con todo el agradecimiento a su familia y amigos que se lo estimulan permanentemente, dice que no sabe cómo canta pero sí que le hace mucho bien.

Su mujer con la que compartió más de 55 años, lo escucha cantar y se emociona.

Realmente ser testigos de ver cómo se sigue eligiendo siempre, alienta saber que si no quedamos pegados en el pasado podremos encontrar nuevos caminos, incluso cumplir viejos sueños.


Una entrevista más del ciclo de videos que espero le guste. Haciendo click aquí podrá encontrarlas todas juntas en una misma página.

lunes, 5 de abril de 2010

Destino turístico antidepresivo

Me recomendaron entrar en InfoElder.com, Turismo para mayores, y como acabo de regresar de un viaje muy especial, pensé en compartir la experiencia para sugerir este destino, al menos a los que andan por Latinoamérica.

Viajar, es la actividad que más he hecho en mi vida, siempre fue mi “Faro”, lo hice comenzando “a dedo” hasta Brasil, crucé en bicicleta parte de Los Andes, a caballo en Santa Cruz, Argentina, sin desestimar, micros, trenes, barcos y aviones.

Es difícil que me sorprenda muy fácilmente, pero esta vez, quizás por tener más de sesenta -de hecho estuve en las Cataratas del Iguazú a los 20 y a los 40- sin embargo el impacto que tuve esta vez no la había tenido anteriormente.

Definitivamente es un lugar antidepresivo. La energía que hay, no sólo en la fuerza de los Saltos, que son majestuosos e imponentes, casi de otra dimensión, sino que el aire, la exuberancia de la selva, los monos, coatís, iguanas, biguás, hurracas, mariposas… hasta una tortuga gigante, con un tortuguito sobre el caparazón, navegando en contra de la corriente, eso sí ¡muy lentamente!


Nos impregnan de tal manera, que es inevitable plegarse a la vitalidad.

Alojarse en el Hotel Sheraton -que es el único que está dentro del Parque Nacional-, tiene el valor agregado de poder repetir cada circuito varias veces, todos los días de la estadía.
Si necesitamos un elixir, volemos a Puerto Iguazú, Pcia. de Misiones, Argentina.

jueves, 1 de abril de 2010

Consultó al psiquiatra por ansiedad en la vejez

No es común hacerlo, sobre todo siendo la primera vez en la vida, hacerlo después de los 90.

Vive en un estado de nerviosismo que le quita calidad de vida, y consultó para mejorarla. Le dieron una medicación muy suave que por ahora no le dio el resultado que le hubiera gustado.
Se siente “hecha”. Le ayuda mucho su fe en Dios, que la practica a su manera.

Opina que el paso del tiempo va quitando posibilidades de todo tipo, y a mi pregunta a boca de jarro acerca de qué le dieron esos años además de quitarle, con honestidad aplastante responde “nada”.

Yo la veo físicamente espléndida, pero ella no coincide con mi apreciación, ella no se ve fea, se ve “vieja” y no quiere que los demás la vean, de manera que no para de hablar por teléfono, es más cómodo. Creo que es una lástima que adhiera al consenso de la sociedad que solamente aprecia la belleza en unas pocas décadas.

Yo le agradezco que haya confiado en mí y me invitara a tomar un cafecito, porque salí reconfortada con la vida. Se puede seguir siendo alguien interesante por más que las limitaciones físicas se vayan acumulando.

Continuación...

Una nueva entrevista en dos partes del ciclo de videos que espero le guste. Haciendo click aquí podrá encontrarlas todas juntas en una misma página.